HECHOS BOLAS

Gonzalo Martínez
Gonzalo Martínez 09/05/2022
Updated 2022/05/09 at 8:33 PM

Por Ángel Castillo

MI PRIMERA VEZ

Tal vez esta historia ya la he contado en varias ocasiones, pero la verdad es que no encuentro mejor momento para volverla a contar, ya que ayer por la mañana Vagabundos de la Montaña dio a conocer que ya no realizará la Ruta Durango Mazatlán (RDM), con lo que termina una era en donde la RDM se convirtió en un detonante del ciclismo.

2004
Fue en el 2004 cuando con mis recién cumplidos 24 años y con apenas un año en Contexto de Durango, Barbara Vargas me recomendó buscar a Jesús Rivera para una entrevista, ya que un grupo de personas se irían en bicicleta desde Durango hasta Mazatlán.
Dos meses antes de aquella primera Ruta cubierta por un servidor, visité al doctor Rivera alias “El Pichu”, en su consultorio en Enrique Carrola Antuna, con mi libreta en mano, el doctor Rivera me hizo un espacio entre sus consultas para atenderme y darme los detalles del recorrido, este ingenuo reportero le dijo que los seguiría en una bicicleta, a lo que el galeno me sentó en la realidad y me dijo que eso era algo más que imposible, sin la preparación adecuada.

LA PRIMERA
Fue entonces cuando en las primeras horas del jueves 16 de septiembre del 2004 le pedí a un tío, que me llevara en su taxi a EcoBike sitio de donde saldría la primera de mis 14 coberturas de la Ruta Durango Mazatlán, con una mochila al hombro, una pequeña maleta, me aventuré en aquella edición del 2004 en donde sufrí mucho por inexperiencia, pero al mismo tiempo gocé de grandes emociones en esta primera vez.

EL FRÍO HASTA LOS HUESOS
La organización de aquella primera edición estaba preparada para llevar todo lo necesario para los ciclistas participantes, pero no contaban que un periodista los acompañaría a lo largo del recorrido, por lo que literalmente no estaba preparado para nada de lo que iba a enfrentar en los siguientes kilómetros.
Por ejemplo, primera gran sorpresa fueron las temperaturas a unos kilómetros de la zona urbana, un frío que calaba hasta los huesos hizo colocarme las mochilas de las participantes encima mientras viajaba en la camioneta de abastecimiento, porque un servidor apenas si llevaba una sudadera y el frío calaba, vaya que calaba.

SIN TECHO PARA DORMIR
Después de la primera jornada de Ruta, llegamos en aquella edición a las cabañas el Ranchero, en donde al bajar de la camioneta yo veía como todos los ciclistas bajaban de un autobús sus casas de campaña, mientras que un servidor no sabía en donde iba a pasar la fría noche serrana, afortunadamente y viendo mi rostro desencajado, Luis Pablo del Campo, a quien conocí ese mismo día, me brindó un espacio para dormir, Luis es de esas amistades que la verdad quedan para toda la vida, pues cada vez que nos saludamos recordamos aquella anécdota.

LA EMOCIÓN
La verdad es que no hay espacio suficiente para contarles lo que viví a lo largo de las 14 ediciones, sin embargo, hay momentos significativos como aquella primera ocasión en que llegué junto a los ciclistas a la playa de Mazatlán, justamente por la avenida Gutiérrez Nájera, por el monumento al Pescador, llegamos hasta el final de la Ruta, la emoción me llenó los ojos de lágrimas, aunque yo no había pedaleado ni medio metro, sentía esa victoria como mía.

A MÍ NO ME LA CUENTAN
Aquella primera cobertura estuvo llena de sentimientos, aunque no fue la llegada más espectacular, por la noche se llevó a cabo un evento sencillo pero muy significativo en donde Jesús Rivera entregó reconocimientos a todos los que completaron el recorrido, y una camiseta con la leyenda “A mí no me la cuentan”.

 

 

 

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