La Corte

Christian Ramirez
Christian Ramirez 25/01/2023
Updated 2023/01/25 at 8:01 PM

Yuriria Sierra
Nudo gordiano
Norma Lucía Piña ya tiene un legado: la primera mujer en llegar a la punta del organigrama en la estructura del Poder Judicial.
Es el máximo tribunal del país. Nada ni nadie por encima de él. Es la vía para salvaguardar la Constitución del país, el pilar sobre el que se sostiene una gran parte de la fortaleza del Estado. ¿Qué sí y qué no? ¿Cuáles son los caminos y por dónde no se debe transitar? Los vacíos legales y los abusos. Todo lo que debe ser analizado y aclarado, a pesar de las polémicas, pasa por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La división de poderes, además, deja la puerta cerrada a cualquier intromisión. La Corte decide pensando en lo que debe ser, no en lo que alguien desearía que fuera. Es, pues, una institución que asegura el sentido y ayuda al trazo de las rutas, una en la que quepan todos y en orden, bajo el espectro de la ley. 
Y ahora la SCJN vive un momento histórico. Mucho de éste comenzó a labrarse desde que Arturo Zaldívar fungía como ministro presidente. Lo comentamos en este espacio en varios momentos: trabajó incansablemente para cerrar la brecha de género y poner puntos sobre las íes en temas que no se escuchaban en los pasillos del recinto: “En 2019 me comprometí a cambiar el Poder Judicial Federal. Para mí era claro que la ciudadanía no confiaba en nosotros; que la sociedad nos percibía como una institución distante y al servicio de los privilegios y que, en buena medida, esta percepción se alimentaba por la corrupción y el nepotismo (…) La corrupción y el nepotismo eran temas de los que no se hablaba en el Poder Judicial. Se decía que eran casos aislados y que los trapos sucios se lavaban en casa. Preferíamos voltear la cara, en vez de enfrentar el problema con autocrítica y transparencia…”, justo como expresó Zaldívar en diciembre pasado, al presentar su cuarto informe de trabajo, el último al frente de la Corte. 
Norma Lucía Piña fue elegida días después, con su llegada a la presidencia de la SCJN deja ya un legado: la primera mujer en llegar a la punta del organigrama en la estructura del Poder Judicial. Así lo subrayó tras tomar protesta hace tres semanas: “La representación que se me encomienda tiene una doble dimensión, una doble responsabilidad, los representa a ustedes ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consejeras y consejeros de la Judicatura Federal, al mismo tiempo, al ser la primera mujer que preside este Máximo Tribunal, represento también a las mujeres, a nuestro nombre agradezco la importantísima determinación de la mayoría de este Tribunal Pleno, de romper lo que parecía, un inaccesible techo de cristal, me siento acompañada, respaldada, acuerpada por todas ellas, por todas nosotras…”.
 
Y vienen discusiones importantísimas para el futuro del país. Apenas hace un par de días, por ejemplo, tres partidos opositores presentaron acciones de inconstitucionalidad contra el plan B de reforma electoral enviado por Andrés Manuel López Obrador y aprobado por su fuerza legislativa. Esto llega cuando estamos a nada de entrar en tiempos oficialmente de campaña. La Corte decidirá; pero también tiene hoy en sus manos la labor de mantener intacta su fuerza, ésa que se alimenta con credibilidad, prestigio, sentido de honestidad. La Corte, como ejemplo de que nada ni nadie está por encima de la ley. Menos aún por encima de este tribunal, el más importante del país y que hoy está encabezado por una ministra que tiene todas las credenciales para llevar al Poder Judicial a la siguiente vereda en camino a su total renovación.

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